¿Qué sigue? Esta es una de las principales preguntas que se hacen los líderes en este comienzo del 2023. Sigue la incertidumbre, siguen los cambios. Para permanecer competitivas, las empresas han debido adaptarse a las nuevas modalidades y demandas de los profesionales, quienes buscan, entre muchas otras cosas, flexibilidad en su trabajo.

Como resultado, el entrenamiento y la capacitación profesional también debe considerarse en modalidad flexible, adaptable y responsiva.

Según Forbes, las siguientes son 5 áreas que cada organización debe revisar, fortalecer o corregir, más allá de los aspectos técnicos y las habilidades que se necesiten desarrollar puntualmente:

1.

Cerrar la brecha de talento.

Casi la mitad de los expertos en entrenamiento y desarrollo indican que la brecha de talento se ha ampliado considerablemente en su organización.

¿Qué hacer? Cada organización necesita plantearse el upskilling, reskilling y right-skilling, es decir, elevar, reforzar y corregir las destrezas de sus integrantes, así como anticipar las necesidades de cada rol  para permitirles sobresalir.

Al evaluar las necesidades de la empresa antes de la capacitación (el desarrollo del contenido) y después de la capacitación (las métricas de resultados), las empresas pueden trabajar en crear y personalizar programas educativos para cerrar las brechas de habilidades, crear impacto y utilidad a nivel personal y organizacional.

2.

Hacer relevante y personalizado el entrenamiento profesional.

Así como nos gusta que hoy la tecnología nos haga sugerencias para ver películas o comprar artículos según nuestros intereses, también una aproximación personalizada a la capacitación profesional va a caer bien. No solo se trata de llenar las necesidades de la empresa. Los intereses de los profesionales y la creación de puestos hechos a la medida generan más interés, compromiso y competencia.

Se trata de establecer las metas de la capacitación acorde a los roles de la organización para no desperdiciar ni los recursos de la empresa ni el tiempo de los profesionales.

3.

La brevedad es mejor.

Como se mencionaba antes, el tiempo es clave. Los colaboradores requieren de programas de entrenamiento que encajen con sus flujos de trabajo. Las empresas pueden ofrecer contenido de capacitación breve, accesible y enfocado para acceder en el momento oportuno y satisfacer sus necesidades en el trabajo.

4.

Incorporar la realidad virtual y la inteligencia artificial.

Simulacros de experiencias de la vida real, escenarios posibles o seguridad. Son muchas las razones por las que la realidad virtual se ha convertido en una herramienta de entrenamiento en muchas empresas grandes. Imagine entrenar a sus colaboradores sin riesgo de accidentes laborales, o a los futuros médicos sin necesidad de pacientes reales, o desarrollar la confianza y comunicación frente a una audiencia virtual en una persona que teme hablar en público.

5.

Asesorar sus herramientas digitales y la tecnología que su organización emplea.

Durante la pandemia, muchas empresas pusieron en marcha herramientas de tecnología. Ahora es el momento de evaluar cuáles están funcionando y cuáles no, de recortar gastos y explotar aquello que funciona. Tres puntos clave para darle el sí o el no a una herramienta son: el grado de compromiso entre los colaboradores y la herramienta, la retroalimentación y los resultados asociados a esta.

Prepárese para el 2023.

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5 puntos en los que debe concentrarse para desarrollar su fuerza laboral

Este artículo se basó en varios artículos similares  (Forbes)

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