Si usted siempre ha asumido que el estrés le resta productividad, le va a parecer interesante lo que los expertos dicen últimamente. Sí, es cierto, el estrés es un gran factor de riesgo para su salud y una empresa puede perder millones en costos por no manejar las situaciones estresantes entre sus colaboradores, pero distintos niveles de estrés, conscientes y regulados, más bien impulsan la productividad, autenticidad y motivación.
La siguiente curva muestra como, a bajos niveles de excitación, se obtienen bajos desempeños. Confirme el estrés aumenta, así también la productividad pero, cuando se llega a puntos muy elevados de estrés, el «performance» decae debido a las consecuencias de situaciones muy estresantes, como ansiedad, pánico, enfermedad y demás.
Aún hay más: se ha descubierto que, a distintos niveles de estrés, es posibles un mejor rendimiento en diversas tareas.
Por ejemplo, si usted necesita concentrarse, debe leer un documento complejo o está aprendiendo a hacer algo nuevo en su labor, es mejor manejas poco estrés. En cambio, si tiene un deadline, si está en un think tank, si debe proponer a su jefe la idea innovadora que lo promueva, niveles de estrés más altos puede llevarse a alcanzar su meta.
La pregunta es: ¿cuál nivel de estrés está manejando y cuál le conviene?
Busque formas saludables de estrés, asuma tareas o responsabilidades más desafiantes y mida su desempeño, su satisfacción y su salud. El aumento de estrés puede parecer contrario a la lógica y la intuición, pero según recientes investigaciones, también está ligado a atención, interés y superación, siempre y cuando se regule conscientemente. Si llega a sentirse saturado, comuníquelo. El estrés finalmente es una amenaza latente, como también lo es el aburrimiento.
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